13 de junio de 2011

Los rostros del París de Woody Allen





Midnight in Paris es sin duda el reflejo del amor que el director y actor Woody Allen siente por la capital francesa. Esta película sin duda sorprenderá al espectador pasados 15 minutos de película. Pues lo que en comienzo parece ser una especie de filme sobre enredos románticos o las diferencias de una pareja, es un viaje a los más encantadores rincones de la ciudad y a otra época, en la que para el portagonista, Owen Wilson, es su Belle Époque.


Sin duda, Allen se convierte con esta película en el mejor embajador de la ciudad. imposible no querer ir o volver -según el caso- a París. Pero el argumento va más allá con unos retratos, un tanto desvirtuados, de Hemingway (Corey Stoll), Pablo Picasso (Marcial Di Fonzo Bo), Scott y Zelda Fitzgerald (Tom Hiddleston y Alison Pill) o Dalí (Adrien Brody) que dan el toque de humor a la película. Cuando Gil (Wilson) acaba viajando a un café en el que conoce a sus idolos, descubre algo más. Una vida en la que podría ser más feliz, rodeado de intelectuales con los que compartir su frutrada novela que jamás parece estar acabada, y si a todo eso se le añade una mujer seductora llamada Adriana (Marion Cotillard), la tentación es mayor. Por otro lado, la realidad del París del siglo XXI donde ha ido de viaje con su prometida Inez (Rachel McAdams).

Demasiadas tentaciones en una época bohemia como para regresar a la realidad hacen que el portagonista viva entre las dudas: ¿Realmente cualquier tiempo pasado fue mejor o es el simple de hecho de vivir otra realidad y ser otros lo que hace más atractivo aquello que no tenemos?

En definitiva, regresa una película de las más características de este director en la que se mezclan la melancolía, la nostalgia, el miedo al compromiso, el autoengaño y las tentaciones de libertad o, para resumir, un rinoceronte que diría Dalí.

No, no me he olvidado de los 10 minutos de Carla Bruni es sólo que no merece ni una línea. Actuación insulsa o tal vez es que el resto de actores convencen tanto que no está a la altura.

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